En marzo nos hicieron un reportaje en el programa de La Ser, Punto de Apoyo. En él pudimos hablar de lo que supone para un niño ruso poder participar en un programa de descanso vacacional en una familia española. Para ellos, venir a España es como “aterrizar” en un mundo diferente, donde una familia cubre todos sus gastos, les da cariño, y los trata como si fuera un hijo más. En consecuencia, no sólo hay una compensación material, sino también intercambio de cariño. En general, los niños se acomodan fácilmente a las familias, aunque como advertimos en el reportaje, hay ocasiones en que se producen malas experiencias. “Los niños no son muñecos, y te dan las alegrías y problemas que te da cualquier hijo”. Si se valora desde la cabeza, las familias hacen un gran esfuerzo económico para que estos niños vengan a España, pero si se valora desde el corazón, el beneficio es alto y la experiencia compensa.